Normalmente cuando hablamos de casamientos, nos referimos a las novias, porque ellas son el motor emocional del asunto. Existen sin embargo, novios que saben lo que quieren y lo buscan por su cuenta.
He aqui dos historias.
Juan es un diseñador gráfico muy personal y se casó hace unos meses con Mariela que es diseñadora de indumentaria. Es amante del origami aunque el no pliega.
Para su casamiento, Mariela fabricó su propio ramo con fieltro y botones, pero cuando quiso hacer un botón de ojal para él, fue notificada que sus servicios no serían requeridos pues el novio había decidido que la tarea recaería en quien suscribe......
Juan me explicó que no se sentía representado por un botón de fieltro ya que el trabajaba con papeles.
Decidí que usaría una Carambola de C. Sprung porque era lo suficientemente vistosa como para el tamaño de mi amigo (que mide casi dos metros y se lookea bastante moderno). Sin embargo no quería hacerla en un color fuerte ya que la novia había elegido géneros marfil, bronce viejo y puntillas avejentadas, además de una profusión de botones de nácar.
El resultado fue éste. Mi amigo contento con su origami y su mujer feliz porque combinaban.
En el extremo opuesto lo tenemos a Leo, contador, hermano de una amiga mía y conocedor de mi trabajo. Su matrimonio se celebró el invierno pasado y el vestía de negro, mientras que su amada llevó un trajecito channel en blanco y negro con un sobre en negro blanco y plata oscura.
Para él hice este boton de ojal mini con la rosa de 1.5 cm y mostrando su costado "sauvage" me trajo un pedacito de tela, donado por su mujer, al cual desflequé un poquito par hacer este boutonniere miniatura.
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